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Si tienes un piso cerrado que no sabes qué hacer con él, debes saber que el alquiler siempre es una gran idea. Si la razón por la que hasta ahora lo has mantenido cerrado es para evitar problemas, como el impago por parte del arrendatario o el destrozo de la vivienda, gracias al FIM podrás alquilar el piso de forma segura. El Fichero de Inquilinos Morosos es el único registro oficial a nivel nacional de la morosidad en el mercado del alquiler. Una gran base de datos que te permitirá saber si los candidatos a inquilino tienen antecedentes por impago.
Los beneficios de alquilar una casa para el propietario
Sabiendo que puedes alquilar tu piso con todas las garantías gracias al FIM, seguro que te interesa conocer cuáles son los principales motivos por los que alquilar una casa realmente merece la pena.
En primer lugar, a diferencia de la venta, mantienes la propiedad del inmueble a todos los efectos. Si en algún momento, tú o un familiar de primer grado de consanguinidad necesitáis vivir en esa casa, puedes disolver el contrato de alquiler, avisando al inquilino con al menos dos meses de margen.
En segundo lugar, gracias al alquiler el piso no permanece vacío, con el peligro de que con el paso del tiempo se vaya deteriorando y perdiendo valor en el mercado inmobiliario. Además, de este modo evitas que entren “okupas” en la vivienda.
Por supuesto, el alquiler siempre es una gran opción para cubrir los gastos de la vivienda. Si tienes un préstamo hipotecario, gracias a la renta puedes pagar la totalidad, o al menos una parte, del mismo.
Si en algún momento necesitas solicitar un préstamo a una entidad bancaria de elevada cuantía, ser propietario de una vivienda te puede servir como garantía.
Y, por último, no hay que olvidar que si en un momento dado quieres vender el piso, como propietario puedes hacerlo.
¿Qué debes saber?
Claro que, si quieres beneficiarte de todas las ventajas que supone alquilar un piso, hay una serie de aspectos que como propietario debes tener muy claros. Actualmente la demanda de pisos en alquiler está en máximos históricos. Pero no por ello todo vale. La casa debe estar en perfectas condiciones de habitabilidad, y adaptarse de manera precisa a las necesidades de los inquilinos. Mientras mantengas la casa alquilada, debes mantenerla en buenas condiciones.
Además, no puedes desalojar a los inquilinos antes de que termine el contrato o las prórrogas, siempre y cuando ellos cumplan con las condiciones pactadas.
Como propietario y arrendador debes prestar especial atención al comportamiento de los inquilinos, tanto en la casa como en la comunidad de vecinos.
Sobre los gastos, los generales de la vivienda, como la cuota de la comunidad de vecinos o el IBI te corresponden a ti como propietario. En cuanto a las derramas derivadas de obras de mejora en el edificio, como por ejemplo la instalación de un ascensor, también son responsabilidad tuya.
Acerca de la actualización de la renta, la legislación actual vigente determina que no puede superar el porcentaje del IPC anual. Esta medida solo está en vigor desde la reforma de la Ley de arrendamientos de 5 marzo de 2019, para alquileres anteriores hay que atenerse a las condiciones pactadas.
Y recuerda que las rentas derivadas del alquiler tributan en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Teniendo en cuenta todos estos factores, ahora es el momento de preparar tu casa para alquilarla. Presta especial atención al estado de la vivienda, tanto en lo estético como en lo práctico. Los inquilinos actuales buscan pisos amplios, cómodos y bien iluminados. Por lo tanto, apuesta por una decoración neutra y minimalista, aprovechando al máximo el espacio disponible.