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Los agentes inmobiliarios apoyan en la gestión, asesoran en el proceso e intermedian en la compra, venta, arrendamiento o cesión de bienes inmuebles. Ejercer como agente inmobiliario requiere de muchas habilidades personales. Es una profesión que se madura con el tiempo y el conocimiento que puedas incorporar. Es un arte, que nace en el corazón de las personas que desarrollan la actividad y disfrutan el trabajo.
Debes ser profesionales productivos, proactivos, predictivos y grandes visionarios del mercado inmobiliario ¿Crees tener lo que se necesita para ejercer la actividad? Te contamos lo que se requiere y que características deben tener un agente inmobiliario.
¿Qué formación académica necesitas?
Amas de casa, Ingenieros Aeroespaciales, Abogados, Contadores, Administradores, Publicistas o Maquillistas. Realmente cualquier persona, puede optar por una acreditación, aunque en España no es una actividad que se encuentre regulada.
A pesar de lo anterior genera más confianza en los clientes poder contar con un documento que acredite su actuación, encontrarse registrado o pertenecer a algún grupo profesional. Básicamente las obligaciones dependen de la comunidad autónoma donde ejerzas. En España destacan:
- A nivel nacional, puedes colegiarte en el COAPI, Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, API.
- En la Comunidad Autónoma de Madrid, puedes formar parte del registro de Agentes Inmobiliarios, RAIN.
- En Barcelona, estar en el registro inmobiliario de Cataluña, AICAT.
- O Pertenecer al registro de Agente Inmobiliario de la Comunidad Foral de Navarra.
- Registro de Agente Inmobiliario de Andalucía, en desarrollo.
Además, toman en cuenta que el mercado inmobiliario es muy amplio, por eso es importante que un agente inmobiliario debe saber identificar su nicho de acción y se especialice en un área concreta, sean alquileres o ventas de propiedades comerciales, vacacionales o viviendas familiares. Solo así podrás dar el mejor servicio posible.
Características de un agente inmobiliario
Deben ser personas versátiles ya que sus actividades cubren un amplio rango de acción. No solo debe poder mediar entre las partes, sino que tiene que desarrollar todas las habilidades propias para la gestión apropiada de la documentación y contratos, entre muchas otras.
Entre sus aptitudes principales destacan:
- Habilidades natas en negociación y espíritu comercial. Debe poder balancear la información entre las personas que vender y las que desean comprar, estableciendo puentes naturales, que generen confianza y deseos de concretar los procesos.
- Mostrar empatía, saber escuchar con paciencia para entender las necesidades del cliente y evitar los conflictos durante la negociación.
- Proactivo, debe saber crear sus oportunidades, mantenerlas y concretar las negociaciones.
- Profesionalidad, debe conocer el mercado donde se desenvuelve, la legislación que aplica y los procesos que se involucran. Debe poder asesorar al cliente durante todo el proceso, saber transmitir su experiencia con responsabilidad y mucha organización.
- Tener valores y transmitirlos. Ser transparente y claro en la trasferencia de la información
- Debe transmitir entusiasmo y ser dedicado; tener pasión por la actividad para poder.
- Capacidad de comunicación debe dominar el arte de la negociación.
- Debe ser perseverante y constante, pero debe estar abierto a los cambios y saber adaptarse a los movimientos del mercado y las oportunidades.
- Debe saber ser creativo, tener la imaginación para materializar los cambios en beneficio del cliente.
- Tener habilidades sociales propias, saber interactuar con las personas con respeto y simpatía. Sobre todo, debe ser accesible, reconocer el valor del intercambio social y dedicarle tiempo al contacto con las personas.
- Debe poder desarrollar el conocimiento que necesita no solo para captar la propiedad, sino para poder tasar la propiedad, captar los clientes y desarrollar sus planes de acción.
- Poder desarrollar técnicas de venta efectiva.
- Conocer todos los procesos en profundidad.
- Imagen y trato profesional; educación y cortesía.
Herramientas
Una de las herramientas más poderosas que puede utilizar un futuro agente inmobiliario es el certificado FIM.
Convertirse en un agente homologado FIM proporciona una herramienta verificada para controlar y evaluar los riegos de morosidad de un futuro inquilino.
Puedes marcar la diferencia de forma fácil realizando tus operaciones con mayor profesionalidad y garantía.