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A día de hoy, la morosidad en el mercado del alquiler es una de las principales preocupaciones de los arrendadores. Cuando un inquilino deja de pagar la renta y el propietario del inmueble decide iniciar un proceso judicial, hay que tener en cuenta los costes judiciales y la lentitud en la recuperación del piso. Es por ello por lo que lo mejor es blindarse ante los inquilinos morosos, seleccionando adecuadamente a los arrendatarios para evitar una situación de este tipo.
¡Ojo! No puedes hacer estas cosas a los inquilinos morosos
Aunque los inquilinos del piso en alquiler dejen de pagar la renta, como arrendador y propietario hay una serie de acciones que no puedes llevar a cabo. Es importante que las conozcas para evitar problemas futuros.
- Cambiar la cerradura: no, no puedes cambiar la cerradura cuando el inquilino moroso no se encuentra en la vivienda. De hacerlo, estarías incurriendo en un delito de coacciones. En el mejor de los casos, simplemente gastarías dinero en el servicio de cerrajería. En el peor, podrías acabar condenado y teniendo que indemnizar al arrendatario moroso por los daños ocasionados.
- Cortar los suministros: del mismo modo que el cambio de cerradura, cortar los suministros del inmueble supondría un delito de coacciones. Si tú como propietario eres el titular de los suministros y no haces frente a los gastos, aunque el inquilino moroso no te pague, este podría denunciarte ante la Policía. Si como arrendador te das de baja, tampoco arreglarás nada porque el inquilino moroso puede darse de alta como arrendatario y como titular.
- Desperfectos: uno de los principios básicos del contrato de alquiler es que tú como propietario y arrendador tienes la obligación de mantener el piso en perfectas condiciones de habitabilidad, aunque el inquilino no haga frente al pago de la renta. Si te niegas a hacer las reparaciones oportunas, el inquilino podría resolver el contrato unilateralmente, y exigir daños y perjuicios. En los supuestos más graves, puede que tengas que hacer frente a una denuncia si, por ejemplo, no te ocupas de la reparación de las canalizaciones y por ello se produce una plaga que afecta de algún modo a la salud del inquilino.
¿Qué hacer para evitar los inquilinos morosos? El FIM es tu solución
Ahora bien, ¿qué puedes hacer tú como propietario y futuro arrendador para evitar situaciones de este tipo? Necesitas recurrir al FIM, el Fichero de Inquilinos Morosos. Se trata del único registro que existe a nivel nacional sobre la morosidad en el mercado del alquiler. Una gran base de datos con información aportada por particulares, agentes inmobiliarios y sentencias judiciales.
Cuando pones tu vivienda en alquiler, seguro que recibes la llamada de decenas de personas interesadas en arrendarla. Pues bien, el FIM puede servirte como primer filtro, eliminando a aquellos candidatos con antecedentes por impago en el mercado del alquiler. Tan solo debes introducir una serie de datos básicos sobre cada uno de ellos.
Además, si haces uso de la herramienta FIM Score, podrás conocer el perfil de riesgo de cada uno de los candidatos. Solo debes introducir algunos datos: estado civil, ingresos mensuales, tipo de contrato de trabajo… Mediante un algoritmo innovador, el FIM Score calcula el perfil de riesgo: AAA, AA, A, B, C o D. Como resulta lógico, el candidato cuyo perfil de riesgo sea AAA es el mejor de todos. Ese es el tipo de inquilino que necesitas para evitar problemas de impago en el futuro.
Ahora ya sabes cómo protegerte ante los inquilinos morosos y así asegurarte la rentabilidad de tu vivienda en alquiler.