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Una de las principales preocupaciones de los arrendadores en la actualidad es que en algún momento sus inquilinos dejen de pagar la renta. Se trata de un miedo lógico, teniendo en cuenta que la morosidad en el mercado del alquiler ha aumentado de forma exponencial en los últimos años. Ahora bien, una cosa es que los arrendatarios se retrasen unos días en el pago de la renta, y otra muy diferente que dejen de pagar más de un mes de alquiler.
En base a la normativa vigente, los propietarios pueden presentar una demanda de desahucio por impago del alquiler desde el primer mes en el que no reciban la renta de los inquilinos. Sin embargo, no es la mejor opción. Lo más recomendable es tratar de llegar a un acuerdo amistoso, hablando con ellos y tratando de llegar a una solución. Si los arrendatarios no responden, hay que volver a reclamarles el pago, pero ya por vía fehaciente, como el burofax.
¿Y si los inquilinos siguen sin pagar y continúan viviendo en el inmueble? Entonces no queda otro remedio que presentar una demanda de desahucio por impago del alquiler, para lo cual hay que contratar a un abogado y un procurador. Se trata de un proceso judicial largo y complejo, que se puede demorar hasta ocho meses. Una vez el Juez fija la fecha del lanzamiento mediante sentencia o decreto de archivo, en el momento del desalojo los propietarios recuperan su vivienda.
Ahora bien, esto no significa necesariamente que vayan a cobrar las cantidades adeudadas. Si a la fecha del lanzamiento los inquilinos continúan sin pagar, hay que iniciar un nuevo proceso judicial presentado una demanda por vía ejecutiva para proceder con el embargo de sus bienes.
¿Cómo desalojar a un inquilino que no paga el alquiler?
Si tienes una vivienda en alquiler y el inquilino no paga la renta, lo primero que debes saber es que se trata de una situación muy complicada y delicada. Debes mantener la calma y no incurrir en acciones que podrían volverse en tu contra. Por ejemplo, entrar en el inmueble a la fuerza, cortar los suministros o cambiar la cerradura son hechos imputables para ti como propietario. Mientras esté en vigor el contrato de arrendamiento, aunque el inquilino sea moroso, el uso de la vivienda está cedido a él.
Una vez que el arrendatario no pague una mensualidad, habla con él para solucionar las cosas por la vía del diálogo. Sin lugar a dudas, es lo más aconsejable, porque en ocasiones la falta de comunicación puede empeorar una situación que hablando se hubiera arreglado. Si consigues negociar de una manera beneficiosa para ambos, es necesario que el acuerdo quede registrado en una resolución en la que se detallen todas las condiciones para que no haya malentendidos en un futuro.
Fichero de Inquilinos Morosos
Si quieres verte en la obligación de desalojar a tu arrendatario por impago del alquiler, antes de firmar el contrato de arrendamiento debes consultar el Fichero de Inquilinos Morosos. Se trata del único registro de carácter oficial de la morosidad en el mercado del alquiler en España. Una gran base de datos en la que particulares y agentes inmobiliarios inscriben a los inquilinos morosos. También se registran las demandas de desahucio por impago de alquiler.
Consultando el FIM vas a saber si la persona con la que estás a punto de firmar el contrato de arrendamiento tiene antecedentes de impago. Además, la herramienta FIM Score calcula el perfil de riesgo del inquilino con un algoritmo predictivo en base a sus ingresos mensuales y la renta a pagar.
