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La morosidad en el mercado del alquiler ha alcanzado máximos históricos este año 2020 debido a la pandemia del coronavirus. Una crisis sanitaria que ha tenido efectos económicos muy negativos, y que ha provocado que muchas personas pierdan su empleo. Por esta razón, si vas a poner tu piso en alquiler es muy importante que te asegures de que tus inquilinos no han tenido problemas de impago en el pasado.
El Fichero de Inquilinos Morosos es el único registro oficial que existe a nivel nacional de la morosidad en el alquiler. Por lo tanto, a la hora de encontrar inquilinos morosos en bases de datos, el FIM es el único del que debes fiarte. Además, puedes consultar el Fichero como particular, su uso no es exclusivo de empresas y agencias inmobiliarias.
Se trata de una herramienta colaborativa de particulares, agentes inmobiliarios y sentencias judiciales. Si tú también has tenido problemas de impago con tus inquilinos, puedes inscribirlos en el Fichero de Inquilinos Morosos y así evitar que otros propietarios pasen por lo mismo que tú.
¿Por qué es tan importante consultar el FIM?
Para entender realmente la importancia de consultar el Fichero de Inquilinos Morosos es interesante conocer cómo funciona el proceso para echar a los arrendatarios que no pagan del inmueble.
Lo primero para tener en cuenta es que ya se pueden iniciar una serie de acciones desde el primer mes de impago. Esto no significa que el proceso vaya a ser rápido; es más, en la gran mayoría de casos suele alargarse durante varios meses. Hay que tratar de llegar a un acuerdo por la vía amistosa con el inquilino, y para ello el primer paso es requerirle el pago a través de un burofax o una carta certificada con acuse de recibo.
Por supuesto, hay que evitar en todo momento coaccionar al inquilino con acciones ilegales como el corte de suministros o las amenazas. El propietario tampoco puede cambiar la cerradura; de lo contrario, podría ser denunciado por allanamiento de morada.
Una vez enviado el requerimiento, el inquilino tiene 30 días naturales para proceder al pago antes de que el propietario inicie acciones judiciales. Propietario e inquilino también pueden acordar un calendario de pagos.
Si el inquilino moroso no abona la cantidad adeudada ni devuelve la vivienda, el arrendador debe iniciar un procedimiento de desahucio por la falta de pago. En la demanda de desahucio se reclaman las rentas impagadas, la devolución de la vivienda y las costas judiciales. Tras la admisión de la demanda, la Administración notifica al arrendatario que tiene 10 días para desalojar el inmueble y pagar la cantidad adeudada. Si no atiende al requerimiento de pago, la Administración fija una fecha de lanzamiento, en la que acude la Policía, la comisión judicial, un cerrajero y un procurador.
Actualmente, la duración promedio de un procedimiento de desahucio es de entre ocho y diez meses. Durante todo este tiempo no recibirás ingresos regulares en concepto de renta del alquiler de tu vivienda, y a esto hay que sumar la imposibilidad de acceder al inmueble. Un proceso largo y tortuoso que puedes prevenir consultando el Fichero de Inquilinos Morosos a la hora de seleccionar al mejor inquilino para tu vivienda.
Además, gracias a la herramienta FIM Score podrás conocer cuál es su perfil de riesgo en una escala de seis categorías: AAA, AA, A, B, C y D. Si el arrendatario no ha tenido problemas de pago anteriormente y su perfil de riesgo es AAA o AA, casi con total seguridad no tendrás ningún tipo de problema con él.