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Si tienes un piso cerrado del que quieres obtener rentabilidad, tienes dos grandes opciones: alquilarlo o venderlo. Sin lugar a duda, el arrendamiento ofrece grandes ventajas frente a la compra. En primer lugar, la vivienda no deja de ser tuya, por lo que puedes recurrir a ella si en algún momento lo necesitas. Y, en segundo lugar, recibes unos ingresos regulares todos los meses. Hasta aquí todo bien. Pero ¿y si en algún momento el inquilino deja de pagar el alquiler? Pensarás.
Pues bien, lo cierto es que esta es una de las grandes preocupaciones que comparten muchos propietarios que quieren poner su casa en alquiler. Pero hay varias cosas que puedes hacer para evitar problemas en el corto y largo plazo.
No dejarte llevar por las primeras impresiones
Fiarte única y exclusivamente de las primeras impresiones no es una buena idea a la hora de elegir al arrendatario de tu vivienda. Te sorprenderá el gran número de “estafadores profesionales” que hay en el mercado inmobiliario. Son personas que se venden como los mejores arrendatarios que vas a encontrar: tienen un buen trabajo, con una nómina muy alta, no fuman ni hacen fiestas… En realidad, parecen los inquilinos ideales. Pero en cuanto les alquiles tu casa dejarán de hacer frente al pago del alquiler.
¿Cómo evitarlo? Pidiendo nómina y contrato de trabajo, así como referencias. De esta manera, podrás estar más seguro de a quién alquilas tu vivienda.
Consultar el FIM
Claro que en muchos casos la nómina y el contrato de trabajo no son garantía de nada. ¿Quién te dice a ti que esas personas no han dejado de pagar el alquiler anteriormente, en otros pisos que han vivido como inquilinos? Aquí es donde entra en juego el FIM, el Fichero de Inquilinos Morosos. Se trata del único registro que existe a nivel nacional de la morosidad en el mercado del alquiler. Una gran base de datos que se nutre de información aportada por particulares, agentes inmobiliarios y sentencias judiciales. De esta manera, con una consulta muy rápida, que no te llevará más de unos pocos minutos, podrás saber si alguna de las personas que tiene interés en alquilar tu vivienda tiene antecedentes por morosidad, y así descartarla.
Además, FIM te ofrece una herramienta para que puedas tomar una decisión 100% objetiva sobre a quién alquilas tu casa: el FIM Score. Se trata de una herramienta predictiva que te indica gracias a los datos de los candidatos, a la base de datos y a un algoritmo predictivo de nueva generación cuál es el perfil de riesgo de cada uno de los posibles inquilinos.
Firmar un contrato
Una vez das con los mejores inquilinos para tu casa, es imprescindible firmar un contrato escrito. Si bien es cierto que el contrato hablado tiene validez, en caso de cualquier problema sería tu palabra contra la suya. Todas las cláusulas del contrato deben seguir la normativa vigente, y estar firmadas por ambas partes. Se trata del documento que va a regular el alquiler, de forma que es importante detallar cuáles son las obligaciones monetarias. De esta manera, todo estará muy claro y, en caso de impago, podrás demostrar ante el tribunal la deuda.
¿Por qué es tan importante evitar a los inquilinos morosos? Porque se trata de una situación compleja que tarda aproximadamente un año en solucionarse. Si en algún momento dado tus arrendatarios dejan de pagarte la renta, debes iniciar un procedimiento judicial, con el coste económico que ello supone. En España se tarda entre 10 y 12 meses en echar a los inquilinos morosos.