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De forma paralela al aumento de la demanda de pisos en alquiler, se ha incrementado la morosidad. Por esta razón es tan importante contar con todos los recursos y herramientas disponibles, como el Fichero de Inquilinos Morosos. Una vía muy interesante para conocer si alguno de los interesados en alquilar el piso ha dejado de pagar el alquiler anteriormente, es decir, si tiene antecedentes por morosidad. Además, el propietario del piso puede solicitar un certificado de solvencia FIM. Es un informe que indica si existe algún caso de impago en el historial del inquilino.
Como propietario y futuro arrendador te recomendamos consultar el FIM Score para conocer el perfil de riesgo de tu inquilino. Una herramienta que gracias a la base de datos del Fichero de Inquilinos Morosos y el algoritmo predictivo te ofrece una calificación de riesgo fundamentada, en tiempo real y objetiva. Sin lugar a duda, el informe definitivo para valorar a tu futuro arrendador.
Señales de que un candidato puede ser moroso
Por supuesto, consultar el Fichero de Inquilinos Morosos es esencial para alquilar tu casa con total seguridad y tranquilidad de que el arrendatario es una persona de fiar. Además, como propietario del inmueble debes estar atento a una serie de señales que pueden indicar que estás ante un moroso profesional.
Una estrategia muy habitual para mostrar su supuesta solvencia es la de dar el dinero por adelantado de, por ejemplo, seis mensualidades. Un comportamiento que debe hacerte sospechar ya que lo más habitual es que, una vez abonadas varias rentas por adelantado, nunca más vuelva a pagar.
Para escoger al mejor inquilino tienes que solicitar una serie de documentos para conocer mejor su perfil y saber si es solvente, como por ejemplo el contrato de trabajo en vigor o las tres últimas nóminas. Cuando estás ante un inquilino moroso, lo más probable es que te de largas a la hora de presentar cualquier tipo de información sobre su persona.
Consejos para formalizar el contrato de alquiler
El contrato de alquiler de vivienda es un documento formal que recoge los derechos y obligaciones de arrendador y arrendatario. Es esencial que todas las cosas queden muy claras desde un primer momento. Por supuesto, todas las cláusulas deben establecerse de acuerdo con la Ley de Arrendamientos Urbanos, que regula el mercado del alquiler.
- Duración: uno de los aspectos más importantes en el contrato de alquiler tanto para el arrendador como para el arrendatario es la duración de este. Debe fijarse de mutuo acuerdo entre las partes, aunque actualmente la Ley de Arrendamientos Urbanos, la prórroga obligatoria es de tres años. Una vez transcurrido este tiempo, se pueden añadir períodos anuales. El propietario puede recuperar la vivienda transcurrido un año si va a utilizarla como primera residencia para él o para un familiar directo.
- Forma y tiempo de pago: por supuesto, el contrato de arrendamiento de la vivienda hay que reflejar la forma y tiempo de pago de la renta correspondiente.
- Inventario: para evitar cualquier tipo de problema cuando el inquilino abandone el piso, en el momento de firmar el contrato es recomendable añadir un documento anexo con el inventario, detallando todos los objetos, muebles y electrodomésticos que hay en cada una de las habitaciones del piso. También se pueden adjuntar fotografías.
- Actualización de la renta: la actualización del alquiler ya no está sujeta necesariamente al IPC, sino que deben ser el arrendador y el arrendatario quienes acuerden este término en el contrato. Transcurridos los tres primeros años de alquiler, el precio se puede actualizar.
Esto es todo lo que debes saber para elegir al mejor inquilino para tu piso en alquiler.