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La importancia del contrato
Si deseas poner en arrendamiento un inmueble, o estás pensando buscar una nueva vivienda para alquilar, es necesario que conozcas al menos la información básica relacionada con el contrato de alquiler de vivienda. No todos son expertos en el sector del alquiler de vivienda, y por lo tanto la mayoría desconoce el amplio conjunto de leyes y normas que rigen a ese sector inmobiliario.
Es obvio que de parte del dueño de la vivienda existe la intención de sacar el mejor provecho del trato y a la vez preservar su inmueble; y de parte de la persona que toma en alquiler la vivienda existe la intención de no invertir más dinero de lo previsto. Un contrato de alquiler de vivienda busca el equilibrio entre las intenciones de una y otra parte. En este post te ofrecemos algunos consejos acerca de los aspectos legales del alquiler de vivienda.
¿Qué debe tener un contrato de alquiler?
Por más confianza que exista entre el arrendador y el arrendatario debe siempre mediar entre ellos un contrato por escrito que fije las condiciones, obligaciones y consecuencias de ambas partes. En ese contrato al menos deben fijarse los aspectos relacionados a los años de duración del acuerdo o vigencia del contrato, las causas de resolución y la mensualidad de renta. Es decir, cuánto tiempo se mantendrá la relación de alquiler, cuáles serían las causas o motivos para rescindir el contrato antes de la fecha establecida y el monto de la mensualidad a pagar.
Aunque estos aspectos son básicos, no los son todos, pues es obvio que muchos detalles quedan aún por definir, como por ejemplo el pago de reparaciones de grandes dimensiones, el manejo y disposición de la fianza, y la clara advertencia de quién paga impuestos y seguros.
Bueno para el arrendador y el arrendatario
En un contrato de alquiler de vivienda se estipula usualmente que la vigencia del mismo sea de cinco años de duración. Esto puede ser un aspecto positivo tanto para el arrendador como para el arrendatario pues puede así planificarse un monto fijo que cada cierto tiempo se ajustará a las condiciones de la economía. Así, saber cuánto se pagará durante largos periodos hace que el gasto familiar pueda proyectarse y dar así más seguridad y confianza. Establecer este tema en un contrato hace que se minimicen los sobresaltos y las sorpresas, lo mismo que la posibilidad de prorrogar obligatoriamente por plazos.
Por otro lado, debe quedar clara la fecha de vencimiento del contrato y las posibles causas para rescindir el mismo. Esto también contribuye a tener las reglas del juego muy claras y evitar inconvenientes que lamentar.
La letra grande y la menuda
En un contrato de arrendamiento debe fijarse lo relacionado con el pago de las reparaciones de grandes dimensiones. Es obvio que las reparaciones menudas (la cadena del baño, una bombilla) deben correr por cuenta del arrendatario. En el caso de las reparaciones mayores, es el arrendador, el dueño de la vivienda, quien corre con los gastos (una filtración, el desperfecto en una caldera vieja o una lavadora).
Lo mismo pasa con el pago de los impuestos y seguros relacionados con la vivienda: esos gastos van por cuenta del arrendador. En el alquiler de vivienda es importante asesorarse acerca de los aspectos generales, y los que vienen también en la letra menuda, de la ley de arrendamientos urbanos y del certificado de eficiencia energética. Para estar al tanto de todos esto, es aconsejable recurrir a un modelo de contrato de arrendamiento que haya sido redactado y revisado previamente por un experto en el tema.