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Entre las opciones más económicas para llevar una vida fuera del ámbito familiar está la opción de compartir piso.
Bien seas el joven estudiante que empieza a vivir su vida independizado de sus padres, la persona que busca una medida drástica individual para reducir al máximo posible los costes del alquiler de una vivienda o necesites vivir fuera de tu ámbito habitual provisionalmente unos cuantos meses, compartir piso, en tiempos de crisis o no, siempre ha sido una solución más llevadera de entre todas las posibles a las que puedas acogerte.
Si estás a punto de verte en una situación similar y quieres decidir con algo más de convicción, en este post encontrarás información que puede serte útil para dar o no ese paso, ya que el tema tiene interesantes ventajas y principales inconvenientes cuyo contraste seguro que valoras.
¿Lo contemplamos juntos? ¡Perfecto! Sigue entonces esta lectura.
Ventajas de compartir una vivienda
Gastos compartidos
La primera ventaja se puede decir que es más un objetivo común: compartir los gastos por parte de todos los componentes.
Crea una clara sensación de optimismo saber que una casa, piso o cualquier tipo de vivienda que para ti individualmente tiene un nivel astronómico en precio, resulta accesible a tu bolsillo gracias a que la unión hace la fuerza.
Por un módico precio y sin necesidad de tener que realizar importantes sacrificios económicos que obliguen a restringirte en tus gastos habituales, al compartir piso se presenta a menudo la situación de que puedes acceder a interesantes privilegios.
Una linda cocina, un magnífico cuarto de baño, una terraza espléndida donde tomar el sol e incluso lujos que habitualmente no están a tu alcance, si estás contento con la habitación que te toca, son situaciones que se dan con frecuencia.
El factor tiempo estará de tu parte
Siempre que exista y se respete un acuerdo general de normas entre los componentes para llevar bien repartido el peso de esas tediosas e incesantes tareas del hogar, te encontrarás al venir del trabajo o de la Universidad con unos platos limpios para ponerte la cena y tiempo de descanso o recreo porque tú ya habrás cumplido con tu parte y tus compañeros con la suya.
Madurar en tus relaciones con los demás
El enriquecimiento personal que propicia vivir el día a día con personas diferentes a ti es claramente una de las ventajas más hermosas y valiosas de compartir una vivienda.
Ésta te proporcionará valores importantísimos a los que tendrás que acudir muchas veces en tu futuro para superar otro tipo de situaciones.
Lo peor de compartir una vivienda
Las vivencias cotidianas con otras personas (tanto las que te sean más afines como las que menos) seguro que van a poner a prueba tu paciencia y muy probablemente no siempre sea algo agradable de llevar.
El incumplimiento de las normas de pago por parte de algún componente es la falta más grave a la hora de compartir una vivienda y ninguna convivencia de este tipo está exenta de ese riesgo.
Otro inconveniente es también la inesperada eventualidad de los que queriendo o en contra de su voluntad, se marchan del grupo.
No se firma este tipo de contratos de por vida y cuando algún componente decide marcharse, nadie puede obligarle a quedarse, activándose de inmediato la alarma de compensación económica para los pagos de alquiler y gastos, pero a largo plazo la búsqueda de alguien que tendremos que volver a conocer para suplir al que se marcha.