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Preocuparse por la posibilidad de que los arrendatarios no cumplan con el pago del alquiler es una preocupación común entre los propietarios al poner sus propiedades en alquiler. Sin embargo, existen métodos efectivos para identificar posibles inquilinos morosos antes de firmar el contrato de arrendamiento. Es crucial explorar las diversas opciones disponibles y entender la importancia de obtener un informe del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) para seleccionar inquilinos confiables.
En los últimos años, se ha observado un aumento en los casos de morosidad en España, especialmente en ciudades como Madrid y Barcelona. En algunas ocasiones, los inquilinos morosos pueden aprovechar lagunas legales para evitar el pago del alquiler, como eludir notificaciones judiciales o alegar circunstancias especiales. También pueden recurrir a acusaciones de falsificación documental contra el propietario, argumentando la ilegitimidad del contrato de arrendamiento.
El problema de los inquiokupas
Una problemática particularmente preocupante es la de los "inquiokupas", quienes adoptan prácticas engañosas similares a las de los ocupantes ilegales, pero a través de contratos de alquiler. Para ganarse la confianza de los propietarios, pueden presentar documentos falsificados. Este fenómeno complica aún más el proceso de desalojo y recuperación de pagos adeudados, extendiéndose a veces por meses o años.
Es esencial comprender la importancia de consultar el Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) antes de comprometerse con un contrato de arrendamiento. Para ilustrar la relevancia de esta medida, es de especial interés conocer el proceso que implica desalojar a un inquilino moroso. Cuando ocurre el primer impago, el propietario debe enviar una comunicación formal mediante burofax, detallando la cantidad adeudada y el plazo máximo para su pago, generalmente un mes.
Si el inquilino no regulariza la situación dentro de este plazo, el propietario debe proceder contratando a un abogado y a un procurador para presentar una demanda de desahucio por falta de pago ante el tribunal correspondiente. Una vez que la demanda es admitida, el inquilino dispone de diez días para tomar una de tres acciones: liquidar la deuda, desocupar la vivienda voluntariamente, o formular oposición a la demanda.
Si el inquilino decide oponerse, deberá argumentar que no está en deuda o que el propietario no le ha requerido el pago. Este proceso suele ser un trámite formal, ya que la mayoría de las veces la demanda procede hasta llegar al lanzamiento del desahucio. El proceso de desalojo se puede extender en promedio por ocho meses desde el inicio del impago.
Una vez que se ejecuta el lanzamiento en la fecha establecida por el tribunal, el inquilino es desalojado de la vivienda. Sin embargo, esto no garantiza que el inquilino abone la deuda pendiente. En caso de persistir el impago, el propietario deberá iniciar un nuevo procedimiento judicial, esta vez por la vía ejecutiva, para recuperar las rentas adeudadas.
Fichero de Inquilinos Morosos
El uso del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) se convierte en una herramienta esencial para los propietarios al recibir múltiples candidaturas para alquilar una propiedad bien ubicada y en buen estado. Este fichero recopila información crucial de miles de propietarios y profesionales del sector, permitiendo evaluar el historial de pago y la solvencia financiera de potenciales inquilinos.
Además de detectar morosidad pasada, el FIM Score realiza un análisis detallado para estimar el riesgo futuro de incumplimiento de pago por parte del inquilino. Utiliza algoritmos predictivos que comparan el perfil del candidato con comportamientos de pago anteriores y tendencias de morosidad regional. La calificación de la operación, que va desde AAA hasta D, proporciona una evaluación clara y objetiva de la solvencia del inquilino, facilitando así la toma de decisiones informadas por parte del propietario.
