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Alquilar un piso cerrado puede ser una forma rentable de obtener ingresos regulares sin perder la propiedad del inmueble. La demanda de viviendas en alquiler ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que sugiere que hay muchos posibles candidatos interesados. Sin embargo, es importante tomar precauciones debido al crecimiento del número de inquilinos morosos. Las medidas preventivas son clave para seleccionar a un inquilino solvente y evitar problemas de impago en el futuro.
El problema de los inquilinos morosos
El impago de la renta por parte del arrendatario puede representar una situación grave para ti como propietario, especialmente si dependes de esos ingresos para pagar la hipoteca u otros gastos relacionados con la vivienda. En caso de no llegar a un acuerdo amistoso, puede ser necesario contratar a un abogado y un procurador para iniciar un proceso judicial de desahucio por impago de alquiler, lo que conlleva un proceso que puede durar varios meses.
El proceso de desahucio por impago del alquiler tiene como objetivos principales el cobro de las rentas adeudadas y el desalojo del inmueble. Aunque la vía judicial es la más efectiva para lograrlos, es recomendable intentar primero llegar a un acuerdo amistoso con el inquilino.
Para ello, debes contactar con el inquilino para solicitar el pago de la renta pendiente. En caso de no obtener respuesta, tienes que enviar un burofax detallando la cantidad adeudada y el plazo para su pago. Si el inquilino persiste en el impago, entonces debes iniciar las acciones legales correspondientes.
El proceso de desahucio por impago del alquiler suele durar alrededor de seis meses en promedio, aunque si los inquilinos alegan estar en situación de vulnerabilidad puede extenderse aún más. Para ello, deben cumplir ciertos requisitos, como estar desempleados, haber experimentado una reducción significativa de ingresos, o si los ingresos familiares no superan ciertos límites establecidos.
Fichero de Inquilinos Morosos
Evitar situaciones de impago en el alquiler es fundamental para cualquier propietario, ya que desalojar a un inquilino moroso y recuperar el dinero adeudado puede resultar complicado. En este sentido, el uso del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) se presenta como una herramienta clave para prevenir este tipo de incidencias y encontrar al inquilino adecuado.
El FIM es un registro nacional exclusivo que recopila información sobre morosidad en el alquiler, actualizado en tiempo real con datos proporcionados por particulares, agentes inmobiliarios y sentencias judiciales. Consultar este fichero antes de alquilar una propiedad permite conocer si el posible inquilino tiene antecedentes de impago y evaluar su nivel de riesgo.
En la actualidad, con los elevados niveles de morosidad en el sector del alquiler, es un error prescindir de esta herramienta. La inscripción en un registro de morosos puede ser indicativa de futuros impagos de alquiler, por lo que verificar esta información brinda una mayor seguridad a los propietarios.
Aunque pueda existir la tentación de confiar en la palabra del inquilino sin investigar sus antecedentes financieros, la realidad muestra que la morosidad ha aumentado considerablemente en los últimos años. Por lo tanto, utilizar el FIM para conocer la situación crediticia del inquilino es una precaución necesaria para evitar problemas futuros.
Introduciendo los datos básicos del inquilino y la vivienda, se obtiene un informe detallado que incluye información sobre su historial de morosidad en alquileres anteriores, evaluación del perfil mediante el FIM Score y la calidad de la operación (AAA, AA, A, B, C o D). Por lo tanto, esta herramienta brinda al propietario la capacidad de tomar decisiones informadas sobre la idoneidad del inquilino y reducir el riesgo de impagos en el alquiler.