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Actualmente, la demanda de viviendas en alquiler está en máximos históricos. Son cada vez más las personas interesadas en vivir en régimen de arrendamiento, y la demanda supera holgadamente a la oferta disponible en el mercado inmobiliario. Por este motivo, los precios han aumentado de forma notable en los últimos años, sobre todo en grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
Teniendo esto en cuenta, si tienes un piso cerrado que ahora mismo no necesitas, alquilarlo es la mejor opción para sacarle rentabilidad. Ahora bien, es importante que tomes las medidas de prevención oportunas para evitar que tu inquilino se convierta en moroso en un futuro.
Fichero de Inquilinos Morosos
Seguro que todos los candidatos que quieren alquilar tu inmueble tienen un contrato de trabajo en vigor y te enseñan sus últimas nóminas. Sin embargo, no es información suficiente para elegir a tu inquilino porque estos documentos sólo prueban que tiene capacidad para hacer frente al pago de la renta, pero no te aseguran que vaya a hacerlo.
El Fichero de Inquilinos Morosos es a día de hoy la única medida preventiva que existe de la morosidad en el mercado del alquiler. Como particular puedes comprobar el perfil de pago de los candidatos y saber si han tenido algún problema de impago en viviendas en las que han residido anteriormente.
El FIM es una gran base de datos de carácter oficial en la que tanto particulares como agentes inmobiliarios inscriben a los inquilinos morosos. Por lo tanto, con una consulta muy rápida puedes averiguar si alguno de los candidatos ha dejado de pagar el alquiler anteriormente. De ser así, lo mejor es que lo descartes porque es muy posible que vuelva a hacerlo en un futuro.
Además, la herramienta FIM Score calcula cuál es el perfil de riesgo de los candidatos. Esto es, aunque no hayan sido morosos en el pasado, qué probabilidad hay de que lo sean en un futuro. Para ello, tienes que introducir sus ingresos mensuales y la renta a pagar de la vivienda.
Seguro de impago del alquiler
El seguro de impago del alquiler es a día de hoy una de las pólizas más demandadas por los propietarios que alquilan sus viviendas.
Una vez decides poner tu piso en alquiler, ya cuentas con la renta como un ingreso mensual más, de manera que el hecho de que en algún momento el inquilino deje de pagar puede suponer un gran problema para tu economía.
La principal cobertura que ofrece este seguro es que, si en algún momento el arrendatario no paga el alquiler, será la compañía aseguradora quien te pague a ti, hasta un máximo de tres, seis o nueve mensualidades, en función de la póliza que tengas contratada. Por lo tanto, te aseguras de que, de una forma u otra, vas a recibir mes a mes el importe correspondiente a la renta.
Ahora bien, para poder contratar este seguro, la compañía aseguradora tiene que dar su visto bueno, y para ello analiza la solvencia del futuro inquilino. Esto es algo lógico, teniendo en cuenta que, si en algún momento deja de pagar el alquiler, la aseguradora va a tener que responder por él.
Así, para evitar trámites innecesarios, nuestro consejo es que primero compruebes por ti mismo cuál es la solvencia financiera del arrendatario con el Fichero de Inquilinos Morosos. Una vez sepas que realmente es una persona seria con los pagos y tiene un buen perfil de riesgo, ya puedes contratar el seguro de impago del alquiler.