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A la hora de alquilar la figura del agente inmobiliario es muy importante. Este perfil profesional orienta su actividad hacia tres áreas: comercial, gestión y negociación. Resulta esencial que tenga una amplia formación y experiencia en todas ellas. Para ser un agente inmobiliario exitoso es importante que destaque en cada una de estas áreas por separado, ofreciendo así un servicio 360º de calidad.
¿Cuáles son las funciones de un agente inmobiliario?
A continuación. hemos señalado cuáles son las funciones principales que cumple un agente inmobiliario, tanto a la hora de vender como de alquilar una vivienda.
Burocracia
Aunque hay quienes creen que la única función de este tipo de profesionales consiste en vender o alquilar casas, lo cierto es que un agente inmobiliario se enfrenta a diario un gran volumen de papeleo. Debe presentar ofertas, redactar contratos, gestionar los anuncios publicados en portales inmobiliarios, etc.
Para llevar a cabo este tipo de tareas de manera correcta, es importante tener amplios conocimientos acerca de los impuestos relacionados con el alquiler de la vivienda. Por supuesto, debe conocer de forma detallada cómo redactar contratos y tener claros los derechos y obligaciones de propietarios e inquilinos, siempre ajustados a Ley de Arrendamientos Urbanos.
Relaciones comerciales
Por supuesto, más allá de la burocracia y el papeleo, una de las principales funciones de un buen agente inmobiliario es la de establecer relaciones comerciales con los clientes. ¿En qué consiste? En visitar inmuebles, llevar a cabo negociaciones, etc.
Es importante planificar de forma adecuada cada salida para que esta parte del trabajo no consuma la totalidad de la jornada. Para establecer buenas relaciones comerciales es muy importante mostrarse profesional y, sobre todo eficiente.
Durante las visitas a un piso en venta o en alquiler, el agente inmobiliario debe mostrarse sincero, explicando las características del inmueble de una forma clara y directa. No sirve de nada engañar a los candidatos a inquilino, tratando de ocultar aspectos como averías o desperfectos. Al final acabarán dándose cuenta de ellos, de modo que mostrarán desconfianza en el agente inmobiliario y darán por concluida su relación con él.
Negociación
Y, por último: la negociación. El principal objetivo a perseguir es que ambas partes queden satisfechas. Existen una serie de técnicas de venta inmobiliarias que resultan de gran ayuda durante el proceso de negociación.
Empatizar es fundamental, tratando de identificarse con los problemas de los clientes y aportando soluciones. Esto convierte a un agente inmobiliario en un gran profesional del sector. Por supuesto, es fundamental recordar que una negociación no es una batalla. Todas las partes tienen que irse a casa con la sensación de haber cedido en un determinado aspecto, pero al mismo tiempo haber obtenido un beneficio.
Por lo tanto, no se trata de buscar enfrentamientos innecesarios, sino de construir un camino en el que se vaya llegando a pequeños acuerdos hasta alcanzar la meta final: el cierre del alquiler de la vivienda.
A modo de conclusión, señalar que estas son las tres áreas de trabajo más importantes para un agente inmobiliario. Es importante cuidarlas todas con detalle. Realizar un buen trabajo en cada una de ellas por separado concluirá con el cierre del proyecto.