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Cuando un propietario y un inquilino finalmente deciden firmar el contrato de alquiler, asumen las condiciones que se reflejan en este documento. Es fundamental prestarles especial atención ya que, si alguna de las partes no está conforme con una determinada cláusula, se debe negociar antes de la firma. Una vez firmado el contrato de arrendamiento, si el propietario o el inquilino deciden ignorarla de forma voluntaria, incurren en un incumplimiento.
Motivos por los que se produce un incumplimiento del contrato de alquiler
Antes de proceder a la firma del contrato, el inquilino y el propietario deben llegar a un acuerdo mutuo acerca de cuáles son los derechos y las obligaciones que regulan el arrendamiento: precio, forma de pago, duración del contrato, etc. Si alguna de las partes no cumple con alguno de los puntos, está incumpliendo el contrato, lo cual puede llevar a tomar determinadas medidas.
Por lo general, se tiende a pensar que las causas que provocan la finalización anticipada del contrato de alquiler solo pueden darse por parte del inquilino. Pero no, el propietario también puede incumplir lo acordado, de forma que el arrendatario estaría en su derecho de romper la relación contractual.
Rescisiones por parte del propietario
Cuando un inquilino alquila una vivienda, se compromete al pago tanto de la renta mensual por el inmueble como de los suministros. Si no se hace cargo del pago de alguno de estos conceptos, el propietario puede rescindir unilateralmente el contrato.
En cuanto a las obras en la vivienda, el inquilino no puede llevar a cabo ningún tipo de modificación si no cuenta con una autorización escrita por parte del propietario. Así, si realiza por ejemplo una reforma de la cocina sin la autorización pertinente, el propietario puede decidir cerrar el contrato de arrendamiento antes de la fecha de vencimiento.
Uno de los aspectos más críticos en la actualidad tiene que ver con el subalquiler de habitaciones. Son muchos los inquilinos que, para tener un dinero extra a final de mes, deciden subalquilar una o varias habitaciones del piso que ellos mismos tienen en alquiler. Del mismo modo que con las obras, para ello es condición indispensable contar con la autorización del arrendador por escrito.
Y, por último, el propietario puede recuperar su vivienda una vez transcurrido un año desde la firma del contrato, si la necesita él, su cónyuge en caso de divorcio o un familiar de primer grado de consanguinidad. Para ello, debe avisar al inquilino con al menos dos meses de antelación.
Rescisiones por parte del inquilino
Aunque no es tan habitual, el inquilino también puede dar por finalizado el contrato de alquiler de forma unilateral. Uno de los motivos más frecuentes es que el propietario no lleve a cabo las tareas de reparación con las que se ha comprometido para que el piso tenga las condiciones mínimas de habitabilidad.
Otra de las causas por las que el inquilino puede decidir rescindir el contrato de arrendamiento es que de algún modo se dificulte su uso y disfrute de la vivienda. Para evitar cualquier tipo de malentendido en el futuro, lo mejor es que todos los puntos queden reflejados por escrito. De este modo, tanto el propietario como el inquilino pueden recurrir a este documento en caso de que surja algún tipo de duda.
Así, resulta muy importante que el inquilino lea muy bien el contrato de arrendamiento antes de su firma, para así asegurarse de que está conforme con todas las cláusulas. En caso contrario, es el momento de comunicárselo al propietario y llevar a cabo un proceso de negociación. Es la mejor forma para evitar los problemas habituales en el incumplimiento del contrato de alquiler.