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Una de las dudas más frecuentes, tanto por parte de inquilinos como de propietarios, tiene que ver con quién se ocupa del pago de las reparaciones en un piso de alquiler. Pues bien, hay determinadas reparaciones de las que debe ocuparse el propietario, mientras que hay otras que son responsabilidad del inquilino.
En los próximos apartados explicamos de forma clara y sencilla cuáles son las reparaciones que deben pagar el propietario y el inquilino, con algunos ejemplos prácticos.
Reparaciones que debe pagar el propietario
Lo primero y más importante es que el propietario debe entregar el piso en perfectas condiciones para su habitabilidad. Es decir, la vivienda en cuestión debe tener paredes, techos, suelos, baños, mobiliario, electrodomésticos y ventanas. Además, en algunos casos se engloban los enseres domésticos.
Por lo tanto, es el propietario quien debe pagar todas aquellas reparaciones relativas a la conservación de la vivienda en perfecto estado. En cualquier caso, es obligación del inquilino informar al arrendador a la mayor brevedad posible cualquier tipo de desperfecto que requiera de una reparación.
Si es urgente, el arrendador puede autorizar al inquilino a su realización y pago, y abonarle posteriormente el importe económico.
Reparaciones que debe pagar el inquilino
En cuanto al inquilino, debe hacerse cargo de las pequeñas reparaciones derivadas del desgaste por el paso del tiempo, debido al uso de la vivienda. Además, si un determinado daño ha sido causado expresamente por él, debe pagar su reparación.
Por lo tanto, el inquilino debe pagar los gastos de pequeñas reparaciones: rotura de cristales, retoques de pintura en las paredes, averías de enchufes, etc.
Ejemplos sobre los pagos de reparaciones en un piso de alquiler
Atendiendo a la definición expresa de las reparaciones cuyo coste deben asumir arrendatarios y arrendadores, pueden surgir muchas dudas.
Por ejemplo, la lavadora deja de funcionar en un momento dado por una avería en el motor y su reparación vale 185 euros. En este caso, queda claro que la avería no ha sido causada por el inquilino, sino que se debe a un problema técnico en el electrodoméstico. Así, debe ser el propietario quien pague los costes de reparación.
Claro que en muchos casos el propietario y el inquilino no se ponen de acuerdo acerca de quién debe ocuparse del pago de los costes de reparación. Entonces es necesario que un técnico profesional evalúe el electrodoméstico para determinar si la avería se debe a un fallo técnico, a un uso indebido o simplemente al desgaste por el paso del tiempo. Si se trata de un fallo técnico, es el propietario quien debe pagar los costes.
Ocurre lo mismo si por ejemplo la calefacción no funciona de forma adecuada. Es el propietario quien debe abonar los gastos de su reparación, siempre y cuando el técnico determine que el problema no se debe a un mal uso por parte del arrendatario.
A la hora de firmar el contrato de alquiler es importante que tanto el propietario como el inquilino tengan muy claro quién debe ocuparse de los gastos derivados de las reparaciones. En cualquier momento puede surgir una determinada avería, de modo que tener este punto claro es vital.
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