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Alquilar una vivienda puede ser una experiencia gratificante, pero también presenta una serie desafíos que requieren una gran inversión por parte del casero.
Para garantizar la protección de su inversión y el bienestar de sus inquilinos, es crucial establecer ciertos requisitos antes de aceptar a un inquilino. En el proceso de selección, hay varios aspectos clave que un buen casero debe considerar al establecer los requisitos.
1. Solvencia económica
Un buen casero debe asegurarse de que su inquilino tenga la capacidad financiera para pagar el alquiler de forma puntual.
Para ello, es recomendable solicitar documentación que demuestre su solvencia económica, incluyendo comprobantes de ingresos, como nóminas o, en el caso de los autónomos, declaraciones del IRPF.
Aquí entra en juego el Fichero de Inquilinos Morosos (FIM), la única base de datos oficial en España sobre inquilinos con impagos, alimentada por agencias inmobiliarias, particulares y sentencias judiciales.
Consultarlo antes de firmar un contrato de alquiler ayuda a identificar antecedentes de morosidad y evaluar el riesgo de futuros impagos. El informe del FIM ofrece información sobre la morosidad, el nivel de riesgo y una calificación de la operación.
Una vez alquilada la vivienda, FIM Control permite hacer un seguimiento mensual de los pagos del inquilino, quien puede plantearse preguntas tales como cómo saber donde estoy empadronado.
2. Referencias Personales y de Alquiler
Las referencias son una herramienta valiosa para obtener información sobre el inquilino.
Un casero debe solicitar referencias de arrendadores anteriores para conocer el comportamiento de pago del inquilino en otras propiedades, así como referencias personales de amigos o compañeros de trabajo que puedan proporcionar una visión más completa de su carácter.
3. Estabilidad laboral y personal
Un casero debe prestar especial atención a la estabilidad laboral del inquilino, asegurándose de que tenga un empleo estable y no haya cambiado de trabajo con frecuencia en un corto periodo de tiempo.
Asimismo, revisar su historial de residencia puede ayudar a determinar si es un inquilino responsable y si, por ejemplo, ha estado empadronado en dos sitios.
4. Normas de convivencia
Un casero debe establecer normas claras de convivencia que el inquilino debe seguir, como reglas sobre el ruido y políticas sobre mascotas.
También es importante definir normas para el uso de espacios comunes si la propiedad cuenta con ellos, garantizando así una convivencia armoniosa.
5. Duración del contrato de alquiler
La duración del contrato de alquiler, según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), es de un mínimo de 5 años (7 si el arrendador es una persona jurídica).
Se prorroga automáticamente por un año más hasta un máximo de 3 años adicionales. El arrendatario puede desistir después de los primeros seis meses con previo aviso.
6. Política de finalización del contrato
Establecer una política clara sobre la terminación del contrato es crucial.
Esto debe incluir un periodo de notificación para que el inquilino informe su intención de mudarse, así como las condiciones bajo las cuales se puede terminar el contrato antes de la fecha de vencimiento.
En resumen, el Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) se presenta como una herramienta esencial para los propietarios que buscan minimizar el riesgo de impagos en el alquiler.
Al consultar este registro, los caseros pueden obtener información valiosa sobre el historial de morosidad de posibles inquilinos, así como una evaluación del riesgo a futuro.
Esta medida no solo proporciona tranquilidad al arrendador, sino que también fomenta una relación más transparente y responsable entre ambas partes. Utilizar el FIM es, por tanto, un paso crucial hacia una gestión de alquiler más segura y eficaz.